El café de especialidad ofrece al paladar una variedad de sabores únicos sin necesidad de recurrir al endulzante, lo que contrasta con aquellos que presentan una amargura extrema.
Por Canal26
Sábado 9 de Noviembre de 2024 - 20:25
El café se convirtió en la infusión preferida de muchos, de hecho, está presente en todo momento: desde el desayuno hasta en el postre. Como se trata de una bebida amarga, las personas suelen recurrir al azúcar o edulcorante para contrarrestar su sabor.
Sin embargo, esta costumbre de modificar el sabor de la infusión tiene que ver con la calidad del grano que se eligió. “Al café no se le debe echar azúcar ni edulcorantes y te voy a explicar los motivos por los que esto debe ser así. El café es una fruta, una cereza, y por lo tanto en su naturaleza es dulce y ácida”, explica la cuenta especializada @amaro.es en TikTok.
El café de baja calidad, sobre todo la variedad robusta, tiende a ser más amargo debido a su alta concentración de cafeína, lo que obliga a las personas a recurrir a otras fuentes para sacar su potente sabor. Por su parte, aquel de variedad arábica ofrece cierto dulzor y acidez natural.
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El café de alta calidad, también llamado de especialidad, se cultiva en condiciones óptimas y se procesa con un cuidado excepcional. El grano presenta características únicas:
Un paladar entrenado puede descubrir que cada grano tiene un sabor distinto y complejo que refleja su origen y método de procesamiento.
Con respecto al consumo del mismo, los baristas suelen ofrecerlo a una temperatura menor a la que el consumidor considera normal. El objetivo es que quien lo bebe pueda percibir los sabores y aromas del café, sin quemarse la lengua.
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El consumo de azúcar es la responsable de causar y agravar muchas de las enfermedades que aquejan a los hombres, y en muchos casos puede incluso provocar la muerte.
Según investigaciones del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, CONICET, el consumo excesivo de azúcar puede derivar en obesidad, y a su vez en diabetes e hipertensión arterial, que producen enfermedades cardiovasculares (como infartos y accidentes cerebrovasculares) e insuficiencia renal crónica.
“Estas son las primeras causas de mortalidad en el mundo y afectan a personas jóvenes y en edad productiva”, explica el doctor Raúl Mejía, Investigador del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES) del CONICET.
Así, el azúcar es la principal responsable, o corresponsable, de varias enfermedades modernas:
Si bien se dice que el azúcar es el principal combustible para el cerebro, no se trata del azúcar refinado, es decir procesado para consumo, sino de la glucosa, que es clave para mantener los mecanismos del cuerpo funcionando de manera óptima.
Fuentes naturales de glucosa son el pan, las frutas, los vegetales y los productos lácteos. Consumiéndolos regularmente, el cuerpo humano obtiene todo el azúcar que necesita, por eso es importante regular el consumo “extra”.
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