Con esta nueva investigación, se abren nuevas puertas para el estudio de las consecuencias a largo plazo de la infección, teniendo en cuenta que la enfermedad podría tener un impacto más extenso de lo que se había anticipado.
Por Canal26
Miércoles 13 de Noviembre de 2024 - 14:12
Un catedrático y líder del equipo de investigación en el laboratorio de inmunología y patogénesis molecular del Ponce Research Institute de Puerto Rico, fue distinguido con el "Premio del Director del Instituto Nacional de Salud (NIH)" por su revolucionario hallazgo sobre la capacidad del COVID-19 para persistir en diversas partes del cuerpo humano, incluido el cerebro.
Se trata de Marcos J. Ramos Benítez, quien también forma parte del cuerpo académico de la Ponce Health Sciences University (PHSU) y encabezó una investigación que reveló que el SARS-CoV-2, responsable de la pandemia de COVID-19, no solo se limita a los pulmones, sino que puede diseminarse por todo el cuerpo, afectando varios órganos, incluyendo el sistema nervioso central.
"Me siento increíblemente honrado de compartir que he recibido el Premio del Director de los NIH 2024 como parte del Equipo de Autopsia COVID-19 del NIH. Este premio se nos concedió en reconocimiento por el descubrimiento de la infección por SARS-CoV-2 y su persistencia en el cuerpo humano y el cerebro durante la autopsia", dijo Ramos Benítez a través de su cuenta de X.
Esta conclusión abre nuevas posibilidades para el estudio de las consecuencias a largo plazo de la infección y sugiere que la enfermedad podría tener un impacto más extenso de lo que se había anticipado inicialmente.
El equipo de investigación de Ramos Benítez llevó a cabo un exhaustivo análisis post mortem de 44 personas fallecidas por COVID-19, concentrándose especialmente en el cerebro y otros órganos clave. Tras examinar en detalle los cerebros de 11 de los fallecidos, los científicos encontraron que, en algunos casos, el virus permaneció en diversos órganos del cuerpo, incluso más de siete meses después de la aparición de los primeros síntomas.
"En algunos casos, encontramos que el virus seguía presente en varios órganos, incluido el cerebro, más de siete meses después de la aparición de los síntomas. Aunque el virus estaba en distintas áreas del cuerpo, observamos sorprendentemente poco daño o inflamación fuera de los pulmones", explicó Ramos Benítez.
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Los resultados de esta investigación muestran un panorama aún más amplio sobre cómo el SARS-CoV-2 afecta el cuerpo humano y podrían transformar el enfoque científico sobre los efectos prolongados del virus, conocidos como "COVID prolongado".
"El COVID-19 puede persistir en diversas partes del cuerpo mucho después de la infección inicial, incluso sin causar daño directo en esos tejidos. Comprender dónde permanece el virus, podría ayudarnos a conocer mejor los efectos a largo plazo", añadió el catedrático.
Para el estudio se examinaron 44 fallecidos por COVID-19.
Por su parte, Kenira Thompson, presidenta del Ponce Research Institute y vicepresidenta de investigación de PHSU, destacó la relevancia de este descubrimiento para la medicina puertorriqueña: "Nos llena de orgullo contar con un investigador de su calibre en PHSU, cuya labor es un ejemplo de la calidad de la ciencia que se produce en Puerto Rico y que hoy celebramos con esta merecida distinción".
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