A 133 años de la muerte del "Padre del aula" y ex presidente, Domingo Sarmiento, un repaso de la historia de su hijo varón y el fatídico desenlace que acabó su vida. El dolor de su padre y la devastadora carta que le escribió a una amiga.
Dominguito nació el 17 de abril de 1845.
Faustino Valentín Quiroga Sarmiento o Domingo Faustino Sarmiento como comúnmente se lo conoce en la historia argentina nació el 15 de febrero de 1811 en San Juan y falleció el 11 de septiembre de 1888. Fue uno de los presidentes más destacados de la historia cuyo período fue desde 1868 a 1874 y un ferviente impulsor de la educación, remarcando su importancia como la clave para el progreso de una Nación. Pero además de ser un personaje público también fue un hombre que atravesó por el dolor más grande que puede pasar un padre: la pérdida de un hijo.
Sarmiento pasó gran parte de su juventud radicado en Chile debido a su pensamiento ideológico que lo llevó a fuertes críticas al federalismo y a Juan Manuel de Rosas, gobernador en ese entonces de Buenos Aires. Fueron varios los viajes que realizaba entre el país trasandino y Argentina y fue en una de esas estadías donde conoció a Benita Martínez Pastoriza, sanjuanina también quien estaba casada en aquel entonces con el comerciante chileno Domingo Castro y Calvo. Casi inmediatamente comenzaron un romance clandestino.
Varios son los historiadores que afirman que era en realidad su hijo biológico.
Benita quedó embarazada y si bien el niño, nacido el 17 de abril de 1845, fue bautizado como Domingo Fidel Castro muchos historiadores aseguran que la criatura era en realidad de Sarmiento. Una vez que enviudó, contrajo matrimonio con el sanjuanino en 1847 y Dominguito tomó el apellido de su padre ¿adoptivo?. El muchacho cursó la primaria y secundaria en Santiago, aunque el bachillerato lo terminó en el Colegio Eclesiástico de Buenos Aires para luego comenzar la carrera de derecho la cual abandonó para unirse al ejército donde conocería a figuras como Leandro A. Alem.
A contramano de los deseos de su madre decidió enrolarse en el ejército argentino una vez estallada la Guerra de la Triple Alianza, lo hizo en 1865 y consiguió sentar plaza como capitán en el batallón 12 de línea a mando de Lucio V. Mansilla.
Tenía solo 21 años cuando murió.
En ese tiempo obtuvo tres condecoraciones y volvió dos veces a Buenos Aires en comisión de servicios y a recuperarse de una enfermedad. Durante los días en que no estaba en servicio leía y escribía crónicas para diarios de Montevideo y Buenos Aires donde criticaba la lentitud con que se desarrollaba todo.
Cayó mortalmente herido a los 21 años en la batalla de Curupaytí, el 22 de septiembre de 1866, a cincuenta metros de las trincheras paraguayas. Fue rescatado por soldados que lo trasladaron a una angarilla para atenderlo: un casco de bomba le había cortado el tendón de Aquiles y si bien lo trasladaron para darle una mejor atención fue imposible salvarle la vida debido a la cantidad de sangre que había perdido. "Te pido madre que no sientas mi pérdida hasta el punto de dejarte vencer por el dolor", le había escrito a su madre horas antes del combate.
Cuadro de Cándido López retratando la Batalla de Curupaytí.
Sarmiento no estaba en Argentina al momento de la muerte de su hijo, se encontraba en Estados Unidos como ministro plenipotenciario. Desde Nueva York le escribió a Delfina Mitre, esposa de Bartolomé Mitre quien era presidente en ese entonces, una carta devastadora que daría cuenta del profundo dolor en el que se encontraba:
"Mi estimada amiga (..) cuando las leyes de la naturaleza son violadas por las necesidades de la sociedad solo queda levantar los ojos más arriba i obedecer con resignación a otras leyes superiores que están acaso proveyendo a necesidades que se nos ocultan o no sabemos sentir (...) Consuélame que un pueblo entero haya comprendido estimado lo que se perdía en el malogrado niño. Se la parte que a usted i a su familia le cabe (...) Yo hubiera pedido solo cuatro años más de espera, a fin de que hubiese saboreado la vida. Habría sido mejor? Ha muerto antes de probar el desencanto que está en el fondo de la copa, i su imajen se me presenta espirante i risueña con sus juveniles recuerdos.Con mis afectos a los de su casa i al General queda su affmo amigo. (Firma) D.F. Sarmiento".
Tumba de Dominguito en el Cementerio de la Recoleta.
Tiempo después renunció al cargo y regresó al país para visitar la tumba de Dominguito en el Cementerio de la Recoleta donde pasaba largas jornadas hablándole a la tumba y siempre por la tarde para no ser visto. Dos años antes de morir, en 1886, publicó la biografía Vida de Dominguito que fue su última obra. Por cosas del destino falleció un 11 de septiembre de 1888 en Asunción de Paraguay, en el mismo país donde la vida de su hijo se apagó veintidós años antes.
Por Yasmin Ali
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