Contrario a lo que se piensa, y en plena organización nacional, hubo otra ciudad que le arrebató a la "Ciudad de la furia" el mote que cualquier otra desea: ser el epicentro social y político.
Casi que es una tarea titánica la de mencionar algo que no se haya dicho sobre lo que representa Buenos Aires, tanto para la Argentina como para el mundo. Una de las capitales más importantes de Sudamérica, se convirtió en epicentro político, económico y cultural desde inicio, primero del Virreinato del Río de la Plata y de la República Argentina después. Pero a pesar de esto, hay un dato que suele pasarse de alto: no siempre fue la capital.
Para mitad de siglo XIX, las luchas internas parecían no encontrar una solución aparente entre unitarios y federales causando divisiones aún después de la derrota de Juan Manuel de Rosas en 1853. La organización nacional podría encaminarse, pero a cambio de un precio muy alto como fue dejar afuera a Buenos Aires.
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Había pasado un año de la derrota de Rosas en la Batalla de Caseros, el 3 de febrero, y era necesario impulsar la creación de una constitución para la entonces llamada Confederación Argentina.
Un dato a tener en cuenta es que este paso significaba la federalización de Buenos Aires. ¿Qué significa esto? que la ciudad pasara a depender directamente del Estado nacional y que tuviera que repartir los ingresos de la Aduana. Esto no cayó bien a los porteños, que se alzaron y formaron el Estado de Buenos Aires.
La separación de la provincia motivó el traslado de la capital de la Confederación a Paraná, provincia de Entre Ríos. De esta manera se transformó en el centro político argentino hasta 1860, Buenos Aires, que ya había regresado a la Confederación, recuperó su lugar.
Pero esta situación recientemente relatada no fue la única. 20 años más tarde, cuando en 1880 el gobierno de Nicolás Avellaneda impulsó nuevamente un intento de federalizar la Ciudad de Buenos Aires, volvió a ocurrir lo mismo.
Diferente a como actualmente concebimos a Buenos Aires, en ese entonces estaban los partidos de Belgrano y San José de Flores, que pertenecían a la Provincia junto a la ciudad. La decisión del Gobierno Nacional no le gustó al Gobernador que se levantó en armas.
Como respuesta el gobierno federal se trasladó a otra zona para seguir funcionando, al Partido de Belgrano. Mientras las tropas sitiaban el casco histórico de Buenos Aires, se dictó la federalización de la ciudad. Recién en 1887 los territorios de Belgrano y Flores fueron anexados, conformando sus límites actuales.
Fue así que para fines de siglo la Ciudad de Buenos Aires se consolidó como centro político, cultural y económico del país.
Por Yasmin Ali
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