Sede de los primeros pasos para la conformación de un país que aún no tenía nombre, su construcción data de principios del siglo XVII y sufrió un sinfín de remodelaciones que dificulta compararlo con lo que vemos en la actualidad. ¿Cómo lucía y por qué fue objeto de tantas modificaciones?
El Cabildo ayer y hoy.
Es inevitable hablar del 25 de Mayo y no mencionar al Cabildo cuyas paredes fueron testigo de las primeras chispas revolucionarias que desencadenaron la posterior independencia de España en 1816. Pero, ¿cuál es la historia de este histórico edificio que se ha convertido en uno de los símbolos de Buenos Aires?
Para empezar, la palabra Cabildo proviene del latín "capitulum" que era como la Iglesia Romana llamaba a las reuniones donde se juntaban dirigentes a discutir asuntos religiosos de acuerdo a sus cánones.
El cuadro más conocido del Cabildo en la Semana de Mayo.
Cuando Juan de Garay fundó la ciudad en 1580 destinó uno de los cuatro solares que componían la manzana frente a la plaza mayor con el objetivo de construir una edificación donde funcionara el Ayuntamiento. En 1608, el alcalde Manuel de Frías, propuso construir un cabildo.
La primera referencia de cómo lucía data de esos años: tenía paredes de adobe y techo de paja. El interior estaba dividido en dos con un salón para reuniones y otro que funcionaba como cárcel. Dos años después llegaron las tejas y cerca de 1650 el cabildo contaba con un balcón, torres de madera y barro.
Acuarela de Carlos Enrique Pellegrini de 1829.
El clima y el tiempo hicieron que el adobe erosione y los techos de caña se caigan, por tal motivo en 1725 se mandó a construir dos plantas a cargo del hermano jesuita Andrés Blanqui que sería clave para la forma del Cabildo que conocemos en la actualidad. Años después, en 1765, se colocó un reloj traído de Cádiz y en 1773 se construyó la torre (era más alta que la actual) y cuya cúpula se cubría con un techo de lata.
Para ese entonces era el edificio más importante de lo que se conocía como la gran aldea y el lugar donde se reunieron los revolucionarios en lo que posteriormente se conoció como Cabildo abierto el 22 de mayo de 1810. La imagen más vieja que se conserva es de 1844 (algunos se lo atribuyen a 1852) donde luce prácticamente igual a la de aquella histórica jornada del 25 con cinco arcos de cada lado de la torre.
Fotografía más vieja que se conoce del edificio, fue tomanda entre 1840 y 1850.
En 1845 le sumaron dos campanas, 15 años después reemplazaron el reloj por otro comprado en Europa y en 1872 al Cabildo le ampliaron las ventanas de la torre con cinco arcos de cada lado. Pero fue en 1879 el año que sufrió su primer gran cambio puesto que Pedro Benoit optó por transformarlo con un estilo franco-italiano: se azulejó la cúpula y reformó balcones y columnas. Además, se le añadió el detalle de que la cúpula simulara ser un faro por las noches.
Foto que data de 1876.
Las modificaciones de Benoit duraron menos de diez años, su torre fue demolida y con la idea de construir la Avenida de Mayo, en 1889 se tuvieron que demoler tres de los arcos derechos para abrir el paseo y con ello se trasladaron el reloj y las campanas a la torre del templo de San Ignacio.
Aspecto del Cabildo mutilado en 1889, aún italianizante pero ya sin torre, hacia 1930. Aún faltaba que se demoliera un costado para abrir la Diagonal Sur.
En 1931 se inauguró otra avenida, la Diagonal Sur, esto obligó a que tres de los arcos izquierdos fueran reemplazados por la esquina en ochava. Dos años después el Congreso lo declaró Monumento histórico Nacional por la ley 11.688. Para 1936 el Cabildo lucía sin torre y con solo dos arcos a cado lado y en 1939 una comisión se encargó de realizar estudios para su restauración a cargo del arquitecto Mario Buschiazzo.
El Cabildo restaurado en 1950 luce como se lo ve actualmente.
Para 1940 Buschiazzo restauró el Cabildo en base a documentos antiguos, basándose principalmente en una acuarela que realizó Carlos Enrique Pellegrini en 1829. Dichas reformaciones son las que aún hoy podemos ver cada vez que nos damos una vuelta por aquella histórica Plaza.
El edificio en 2021.
El Cabildo sufrió incontables transformaciones que lo han dejado prácticamente irreconocible ante los ojos de aquellos patriotas del 25, pero si bien su forma cambió la esencia de aquellas paredes que vieron nacer a la Argentina sigue intacta.
Por Yasmin Ali
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