Este 2023, aquel emblema de los presidentes nacionales tendrá un nuevo dueño. Pero, ¿realmente fue usado por todos los primeros mandatarios? Una leyenda que pudo comenzar en 1826, pero lo terminó haciendo en 1860.
La sociedad argentina se prepara en este 2023 para ir nuevamente a las urnas donde se elegirá un nuevo presidente. Para hacer mención a esta figura, en los medios y en una charla cotidiana se lo menciona como el "próximo a ocupar el sillón de Rivadavia" porque hemos crecido con la idea que aquella silla no ha cambiado. ¿Lo es?
El "sillón de Rivadavia" toma ese mote por el primer presidente que tuvo el país: Bernardino Rivadavia. Pero lo cierto es que no hay registro de que haya usado durante su gestión un asiento que aún hoy debería prevalecer en el escritorio de la Casa Rosada. Además de existir una discusión sobre si Don Bernardino fue quien oficialmente ocupó ese cargo.
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Cuando Rivadavia asumió, no lo hizo en condición de presidente porque el cargo no era tal como hoy lo conocemos lo hizo como presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Argentina aún no existía, al menos en su denominación.
A su renuncia, en 1827, se llevó todos los muebles a su casa que usó en lo que se montó como casa de gobierno. Además, desde ese año a 1853, no hubo presidente ya que el país se enfrentaba a una feroz guerra civil. Es por ello que muchos destacan a Bartolomé Mitre como el primer mandatario que tuvo Argentina, ya que asumió bajo una Constitución y con el territorio unificado.
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No se sabe exactamente en qué año y quién empezó a llamar al objeto presidencial como "sillón de Rivadavia". Solo se sabe el porqué de su nombre.
Con el pasar de los años la misma Casa Rosada desmintió la información, aclarando que el actual sillón fue usado por primera vez por Julio Argentino Roca en 1885. El mismo fue realizado con madera de nogal italiana y decorado con la técnica dorado a la hoja, con lámina de oro. Se adquirió en la Casa Forest, de París, a finales del siglo XIX.
Sin embargo, no es el más antiguo, el que podríamos llamar como "primer sillón" está exhibido en el Museo del Bicentenario y fue usado por Santiago Derqui durante su corto mandato desde 1860 a 1861.
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Otro de los símbolos de la embestidura presidencial recae sobre el bastón. Aquella costumbre fue heredada desde la antigüedad, siendo visto como un acto que dota a una persona de poder y llegó de las monarquías europeas.
Esto se replicaría con el surgimiento de los primeros estados republicanos. América lo recibió en primera instancia como un objeto que representaba el poder de los jefes militares. La Corona Española dictaba las órdenes, las cuales eran acatadas por los alcaldes y regidores locales de los cabildos, usando el bastón como muestra de poder.
En 1814, con la creación del Directorio, se comienza a utilizar bastón y banda presidencial tras la aprobación en la Asamblea de 1813. Siendo su primer portador el Director Supremo, Gervasio Antonio de Posadas.
Adentrados en el siglo XIX, en 1880, Mitre le obsequia a Urquiza el denominado Bastón de mando de los gobernadores de la Unidad Nacional. Domingo Faustino Sarmiento fue el primer presidente que asumió en ceremonia protocolar con la banda y el bastón como símbolo de poder.
Cuando asumió Julio Argentino Roca, intercambió el bastón con su par chileno Federico Errázuriz, tras la firma del tratado de paz entre ambas naciones allá por 1899.
Símbolos y mitos que han constituido aquella construcción que tenemos de los primeros mandatarios al momento de asumir el trabajo más importante de su vida. Como no podía de ser otra forma, no podía faltar el condimento fantasioso que tanto identifica a la historia argentina.
Por Yasmin Ali
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