Entre sus miles de curiosidades y lugares del pasado, se encontraba aquel pasaje para quienes ahogaban penas y amaban en secreto.
Antigua edificación frente a la plaza Monserrat, en Lima y Belgrano. Fotografía Archivo General de la Nación.
Aquella lejana Buenos Aires tiene aún lugares y secretos que se prestan para ser descubiertos y que desnudan lo que fue alguna vez. Desde edificios históricos que aún permanecen en pie y dan cuenta de lo que fue el pasado y otros que solo sobreviven por fotos. Este es uno de sus casos.
Con la fundación del Virreinato del Río de la Plata en 1776, la llamada "Aldea" comenzaba lentamente a transformarse. El fuerte, iglesias y edificios públicos fueron algunas de las primeras construcciones, pero faltaba el ocio.
Para 1790, los vecinos propusieron construir una plaza de toros con la idea de que iba a mejorar el lugar. Se inauguró un año después, tenía una capacidad para 2.000 espectadores, pero solo duró hasta 1799 y se decidió demolerlo. ¿El motivo? los alrededores estaban colmados de pulperías y prostíbulos que dieron lugar a un pasaje: "la calle del pecado".
Plaza de Mayo, donde se hicieron las primeras corridas de toros. Fuente Centro de Arqueología Urbana, FADU, UBA.
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El lugar en cuestión se encontraba en donde hoy está el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, en plena Avenida 9 de Julio, entre Moreno y Belgrano. Pero hay mito sobre el origen del nombre “pecado” y sus protagonistas son una enamorada y un torero.
El diario La Razón publicó un artículo con fecha 8 de enero de 1920, donde lo explica. Cuenta la leyenda que una joven que vivía en las inmediaciones, se enamoró de un torero andaluz. Este último quiso llevársela a vivir a España, pero ante su negativa la mató y luego se ahorcó junto a una reja de la plaza de toros.
Antigua edificación frente a la plaza Monserrat, en Lima y Belgrano. Fotografía Archivo General de la Nación.
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Con la ordenanza del 27 de noviembre de 1893, el pasaje pasó a llamarse calle “Aroma”. Pero fue rebautizado "De la Fidelidad" por estar cerca del cuartel del regimiento de Pardos y Morenos que pelearon contra los ingleses durante las invasiones.
Contaban que el nombre Aroma era porque por allí andaban los toros que iban a la plaza y dejaban huella de su paso. Pero en realidad era en homenaje a la batalla librada en la pampa de Aruhuma (conocida popularmente como Aroma) el 15 de noviembre de 1810. Allí los patriotas, liderados por Esteban Arze, derrotaron a los españoles previo a Suipacha.
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Pecado y aroma no fueron los únicos adjetivos que se ganó el pasaje, el único conocido fue “calle embrujada”. Ese nombre se lo debe a la proximidad de un camposanto que estaba en Lima y Belgrano, a metros de la Iglesia de Nuestra Señora de Monserrat.
Buenos Aires y su misteriosa inmensidad.
Por Yasmin Ali
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