Crece el consenso científico sobre la necesidad de valorar la infección deliberada de voluntarios.
Por Canal26
Jueves 14 de Mayo de 2020 - 08:53
Una voluntaria recibe una vacuna experimental el 16 de marzo, en Seattle.
Un hombre estadounidense se acercó un día a un hospital de Boston y dijo que quería donar un riñón a cualquier desconocido que lo necesitase. Casi 10 años después, aquel chico, Josh Morrison, tiene un riñón menos y está al frente de una iniciativa que ha reunido a miles de jóvenes sanos dispuestos a infectarse a propósito con el SARS-CoV-2: un virus sin ningún tratamiento eficaz que ya ha matado a unas 300.000 personas en todo el mundo.
El equipo de Morrison cree que un experimento así podría salvar “miles o incluso millones de vidas” al crear un atajo hacia una vacuna. Su movimiento se llama 1DaySooner (un día antes, en inglés). Este miércoles, su web registraba más de 16.000 personas interesadas en inocularse el coronavirus por el bien de la humanidad.
La Organización Mundial de la Salud ha abierto sus puertas a estos ensayos. “Podrían no solo acelerar el desarrollo de una vacuna contra la covid-19, sino también aumentar las posibilidades de que las vacunas sean más efectivas”, afirma la institución en un informe publicado el 6 de mayo. La OMS recuerda que decenas de miles de personas han participado en el último medio siglo en estudios de este tipo. En 2016, un centenar de personas sanas ingirieron la bacteria causante de la fiebre tifoidea en el Hospital Churchill de Oxford (Reino Unido) para probar la eficacia de una vacuna contra la enfermedad. En 1999, las universidades estadounidenses de Maryland y Cincinnati infectaron a 51 personas con la bacteria del cólera dentro de un ensayo de una nueva vacuna.
“Los riesgos para las personas voluntarias son una razón importante para preocuparse por este tipo de ensayos. Parece que las personas jóvenes y saludables corren un menor riesgo ante la covid-19, pero también pueden enfermar gravemente y morir y todavía no sabemos por qué”, advierte la estadounidense Seema Shah, experta en bioética y coautora del informe de la OMS.
Hay más de 100 vacunas experimentales contra el nuevo coronavirus y otros tantos tratamientos en investigación. Los voluntarios sanos infectados deliberadamente podrían ayudar a identificar los medicamentos más prometedores sin tener que vacunar a decenas de miles de personas y esperar durante meses a ver qué pasa. El informe de la OMS pone cifras al riesgo: se calcula que el 1% de las personas de entre 18 y 30 años infectadas por el coronavirus tienen que ser hospitalizadas. El 0,03% muere. Los voluntarios de 1DaySooner defienden que merece la pena correr el riesgo. Josh Morrison cuenta que ya se han apuntado 90 personas de España, 40 de Colombia, 20 de México y 10 de Argentina.
La OMS tiene registradas 110 vacunas experimentales contra la covid-19. Ocho de ellas ya se han comenzado a probar en humanos. El proceso habitual es hacer pruebas en animales, por ejemplo en ratones y macacos, y después comenzar los ensayos con un pequeño grupo de voluntarios sanos. Tras esa primera fase para evaluar la seguridad y el efecto inmunológico, se pasa a una segunda etapa con centenares de personas para confirmar la fórmula y la dosis. En la tercera fase, se vacuna a miles de voluntarios expuestos a la enfermedad y se hace un seguimiento que puede durar años. El proyecto 1DaySooner calcula que ahorrar un día en este proceso evitaría 7.120 muertes. Ahorrar tres meses salvaría la vida de 660.000 personas.
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