El investigador en Biología Marina Enrique Lozano sostiene que las cenizas "se descomponen en ricos elementos" que se transforman en alimento para la fauna acuática.
Por Canal26
Martes 10 de Octubre de 2023 - 18:30
Al parecer, las cenizas de los incendios forestales o las erupciones volcánicas no son tan dañinas para el medio ambiente. De hecho, de acuerdo con un investigador en Biología Marina, Enrique Lozano, estas cenizas pueden traer “múltiples beneficios” para el medio marino, dado que su sedimentación y descomposición aportan a la vida del ecosistema.
El experto explicó que el proceso de desgasificación del volcán Tagoro hace que, desde su expulsión de dióxido de carbono, arrastre elementos como el hierro, aluminio, plomo, cobre, zinc y manganeso, siendo el hierro uno de los minerales principales para la producción de alimentos en el ecosistema marino.
De acuerdo a Lozano, la ceniza que llega al mar, proveniente de incendios forestales o de las erupciones volcánicas, tiene su lado positivo porque “a largo plazo, sedimenta y se descompone en ricos elementos”, es por ello que suponen más beneficios que daños.
De hecho, el biólogo sostiene que parte del enriquecimiento del ecosistema marino se debe a las reservas marinas en el archipiélago que den rienda suelta a que los organismos crezcan y se reproduzcan.
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El biólogo Enrique Lozano participa en dos grupos de investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la Universidad de La Laguna, en el archipiélago de las Canarias, donde investiga sobre la presencia de altas concentraciones de metales y trazas.
El objetivo de Lozano y del resto del equipo de IUNAT de Ecología Marina Aplicada y Pesquerías (ULPGC) y el grupo interuniversitario de Toxicología Alimentaria y Ambiental (ULL) es el de observar el comportamiento de diversas especies ante “altas concentraciones” de distintos metales como el aluminio, cadmio, plomo y mercurio, además de trazas como el cobre, hierro, boro, zinc, además de macroelementos como el potasio, calcio y sodio.
Para el estudio se capturaron distintas especies como los camarones de charco, burgados, caracoles, anémonas, caballas, sardinas y cabrillas, que mueren en ambientes controlados para luego tomar muestras y congelarlas, después, tratarlas en el laboratorio. Estas especies, según el experto, no se encuentran protegidas y cuentan con un “alto volumen poblacional”.
Si bien Lozano expuso que garantizar la continuidad de esta investigación conlleva una “alta” inversión, también asegura que los resultados ya hallados afirman que las altas concentraciones de metales y trazas no llegan a ser perjudiciales para el consumo humano.
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