Los mejores laberintos para perderse en Argentina: dónde quedan y cuánto cuesta visitarlos

En Mendoza, Chubut, Córdoba y la Costa atlántica hay paseos diseñados especialmente para entretener y marear al visitante. Cada uno tiene su propia historia y desafío particular, y en todos el premio final es llegar a un mirador para disfrutar de la vista y del trazado desde la altura.

Por Pato Daniele

Martes 7 de Enero de 2025 - 09:26

Laberinto Patagonia. Foto @laberintopatagonia Laberinto Patagonia. Foto @laberintopatagonia

No son para cualquiera: adentrarse en sus pasillos, recorrer a ciegas los pasillos de altas paredes y encontrarse, más de una vez, con que no hay salida. Volver atrás e intentarlo otra vez. Los laberintos son estructuras diseñadas para marear y entretener al visitantes, y su origen se vincula a un mito griego; pero no hay que ir tan lejos para disfrutarlos: en Argentina hay excelentes opciones para visitar. Desde el Laberinto de Borges, en Mendoza, al del Hoyo, en Chubut, que es el más grande de Sudamérica. Aquí, las mejores opciones.

Laberinto Patagonia, en El Hoyo, Chubut. Foto: Prensa Laberinto Patagonia Laberinto Patagonia, en El Hoyo, Chubut. Foto: Prensa Laberinto Patagonia

Todos conocieron en la escuela la leyenda del laberinto del Minotauro, mito griego que cuenta la historia de un monstruo mitad hombre y mitad toro que fue encerrado en un laberinto en la isla de Creta, de acuerdo con el diseño del arquitecto Dédalo. Era una estructura gigantesca con muchos pasillos entrecruzados, de los cuales sólo uno conducía al centro, donde estaba el ser mitológico. Cuando el príncipe ateniense Teseo se ofreció para enfrentarse al Minotauro, su enamorada Ariadna le dio un hilo para que pudiera encontrar el camino de salida.

Muchos se inspiraron en este mito para generar una propuesta similar que brinde el atractivo de ingresar y evitar perderse en construcciones verdes, más altas que las personas, con trazado indescifrable y que invitan a la aventura. Los hay en todo el mundo y nuestro país no es la excepción.

Para esta nota seleccionamos cuatro muy distintos entre sí, cada uno con su propia historia, para disfrutar y tener una actividad distinta en las vacaciones. Chubut, Mendoza, Córdoba y la provincia de Buenos Aires son las sedes.

La hamburguesería que ofrece una vista única en Mar del Plata. Foto: Instagram/hamburgo.mardelplata

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Laberinto Patagonia, en El Hoyo, Chubut

“Cuando nos conocimos, mi marido me dijo que algún día quería hacer un laberinto conmigo”, revela Doris Romera en El Hoyo, Chubut. Detrás de ella se ven unos paredones de árboles de 2 metros de altura que comenzaron a plantar juntos en 1996. Antes habían pasado semanas y semanas diseñando la forma ideal del circuito, para luego plantar y podar hasta llegar al trazado de la actualidad, que en diciembre de 2013 se convirtió en un emprendimiento turístico.

Laberinto Patagonia, en El Hoyo, Chubut. Foto: Prensa El Hoyo Laberinto Patagonia, en El Hoyo, Chubut. Foto: Prensa El Hoyo

"Primero hicimos la parte central, un círculo que fue el disparador. El trazado tiene la forma de un intestino o del cerebro, y muestra cómo circula la energía en el cuerpo”, explica Doris y completa: "Fueron esenciales para su concreción la motivación, el trabajo, los conocimientos de kabbalah, historia, geometría sagrada, mitología y filosofía. Y magia. Mucha magia".

Es un intrincado derrotero con dos sectores de descanso amplios y muchas vueltas, para divertirse e incluso pasar el día, ya que tiene confitería, el restaurante Sidra (Doris es chef), expendio de helados, venta de pochoclo y espacios para sentarse a descansar. Está ubicado sobre una lomada de la preciosa ciudad chubutense con vistas a los cerros Pirque y Plataforma.

Laberinto Patagonia, en El Hoyo, Chubut. Foto: Eduardo Di Gennaro Laberinto Patagonia, en El Hoyo, Chubut. Foto: Eduardo Di Gennaro

Es el más grande de América del Sur con 2.200 metros de senderos y cercos vivos, a los que se ingresa por nueve entradas que desafían a llegar al centro. Pero, como en el caso del Minotauro, sólo una es la correcta. Está ubicado en un predio de 8.500 m2 a 4 km de El Hoyo, rodeado de parques y bosque nativo, con panorámicas espectaculares.

Hace pocos años anexaron una galería de arte inmersivo (GAL, a la que se accede con un costo extra al de la entrada), desarrollada junto a la Universidad Río Negro, otro emprendimiento más de la creativa Doris. Esta propuesta tan atractiva abre durante el verano y también en julio, para perderse en un recinto completamente nevado e insonoriza justamente por la nieve.

Ubicación: está en Camino a El Desemboque Km 3,7, El Hoyo. En verano abre de 10.30 hasta que oscurece. 

Entrada general: $ 12.500, menores de 7 a 12 años $ 9.500, jubilados $ 7.000.

Instagram: @laberintopatagonia

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La Lobería, también es conocida como Punta Bermeja. Foto: Wikipedia

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Laberinto Las Toninas, en La Costa

En el partido de La Costa se encuentra el Parque Temático, Cultural y Religioso Laberinto, con una superficie de 12.000 m2. Este cerco vivo gigante armado con plantas nativas y paredes de hasta 5 m de altura, está insertado sobre un médano natural que favorece las subidas, bajadas y escalones, todo a metros del mar. Consta de 14 caminos, cinco entradas y una sola salida correcta (volvemos al mito de Minotauro).

Durante el trayecto hasta la salida, el recorrido pasa por un barco pirata, el auto de los Picapiedras y un mirador de 10 m de alto que devuelve una vista impactante y es el objetivo final de entrar al laberinto.

Laberinto Las Toninas, en La Costa. Foto: Prensa Laberinto Las Toninas, en La Costa. Foto: Prensa

El parque abrió sus puertas en 2008 y además de esta atracción incluye un patio natural con carpas, mesas y sillas con capacidad para 200 personas para almorzar y disfrutar de espectáculos artísticos; Ta-Te-Ti, Rayuela, arenero y la casita de las hadas, así como kiosco, gastronomía propia, Wi-Fi y venta de productos artesanales.

Además durante las noches de verano, los más osados pueden atreverse a realizar un recorrido nocturno e intentar atrapar al fantasma del laberinto, dándole un ingrediente extra de suspenso y diversión a la visita en las dos funciones de El Laberinto del Terror, a las 21.30 y a las 23.

Tiene la particularidad de estar abierto los 365 días del año, en verano de 10 a medianoche; en invierno hasta la caída del sol.

Ubicación: Calle 7 entre 14 y 16, Las Toninas. 

Entrada general: $ 6.000.

Instagram: @laberintolastoninas

El Chorro de Ancasti, Catamarca. Foto Instagram @turismocatamarca

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Laberinto El Descanso en Los Cocos, Córdoba

Juan Barbero fue el creador de este laberinto en Los Cocos, cerca de Villa Carlos Paz, realizado en 1940 como un atractivo más para el parque de su hotel El Descanso. El hotel cerró y fue reconvertido en un espacio recreativo y cultural donde abundan las estatuas, las fuentes de agua, los museos y los ligustros en donde muchos se desesperan por no encontrar la salida.

Laberinto El Descanso en Los Cocos, Córdoba Laberinto El Descanso en Los Cocos, Córdoba

Aquí también el objetivo final es llegar al Mirador, un sitio en la altura desde donde se puede observar a los turistas que aún están perdidos y contemplar la vista a las sierras cordobesas.

El Laberinto forma parte del Parque Recreativo y Cultural El Descanso, donde se exhiben también diversos objetos de la Edad Media en el Museo Romano, tiene jardines florales, las fuentes de agua, juegos y vistas hermosas.

Ubicación: Av. Dra. Cecilia Grierson 351, Los Cocos, Córdoba. Abre todo el año de 10 a 20.

Entrada general: $ 9.000, menores de 10 años ingresan gratis.

Instagram: @parqueeldescanso

Viajes, valijas. Foto Freepik

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Laberinto de Borges en San Rafael, Mendoza

La historia de esta propuesta empezó con una carta Randoll Coate, secretario de prensa de la Embajada Británica en la Argentina y diseñador de laberintos de castillos europeos, quien le escribió a Susana Bombal, propietaria de la Finca Los Álamos con referencia a un amigo en común, Jorge Luis Borges, a raíz de la muerte del escritor (1986). Randoll tuvo un sueño muy revelador: “El Memorial de Borges debe ser un laberinto y no una estatua llena de angelitos”. Con el paso del tiempo fue Camilo Aldao, sobrino de Susana, quien logró llevar a la práctica esta idea, con Carlos Thays nieto para ejecutar el proyecto en la casa natal de Susana, la finca ubicada en San Rafael, Mendoza.

Laberinto de Borges en San Rafael, Mendoza Laberinto de Borges en San Rafael, Mendoza

Finalmente se inauguró en 2003, rodeado por una pulpería, una bodega y la casona. El trazado tiene 8.700 m2, se encuentra a solo 20 minutos de San Rafael y encierra enigmas por develar desde el mirador: con el trazado se forman las palabras Jorge, Luis y Borges al derecho y al revés.

MIrado del laberinto de Borges en San Rafael, Mendoza. Foto: Prensa MIrado del laberinto de Borges en San Rafael, Mendoza. Foto: Prensa

Aparecen además el bastón de Georgie, un signo de interrogación. el número 86 (los años que vivió y en el que falleció en Ginebra), las iniciales de María Kodama, dos relojes de arena y el símbolo del infinito, en representación de la frase borgeana: “El tiempo es infinito y paralelo”. Todo el laberinto en sí conforma un enorme libro abierto. Un verdadero tributo al escritor.

Ubicación: calle Bombal s/n, San Rafael.

Entrada general: $ 6.400, menores $ 3.200.

Instagram: @laberintodeborgesok

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