Hay ciertas actividades que ayudan a sentirse mejor día a día y controlar tus emociones.
Por Canal26
Miércoles 27 de Diciembre de 2023 - 18:01
La felicidad es una emoción anhelada por todos los seres humanos. Si bien alcanzar esta sensación para algunos puede ser más fácil que para otros, hay ciertos interrogantes que surgen al respecto y la pregunta del millón es: ¿existe una fórmula mágica o un secreto para ser feliz?
Ahora bien, la ciencia trató de responder a estas preguntas y descubrió que la felicidad depende de varios factores, tanto internos como externos que influyen en nuestro estado de ánimo y bienestar.
Entre los factores internos hay que tener en cuenta que la química de nuestro cerebro produce sustancias llamadas hormonas de la felicidad como la serotonina, la dopamina o las endorfinas, que se liberan cuando experimentamos emociones positivas, como el amor, el placer, la satisfacción o el propósito y hay algunos hábitos que pueden favorecer a la producción de las mismas.
Arthur Brooks, un científico social de la Universidad de Harvard que se dedica a estudiar cómo podemos vivir más felices basándonos en la evidencia científica, nos dice que la felicidad no es un lugar al que llegar, sino una dirección a la que ir. Esto significa que todos podemos ser un poco más felices si seguimos ese camino.
Para eso, es necesario tener en cuenta tres componentes esenciales que debemos equilibrar: el disfrute, la satisfacción y el propósito. Estos son los “macronutrientes” de la felicidad, y hay una forma de incorporarlos en nuestra vida cotidiana.
El propósito es lo que en Japón llaman 'Ikigai', que significa tener una razón de ser. Tener un ikigai no solo nos hace más felices, sino también más longevos.
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Las “hormonas de la felicidad” son los neurotransmisores que afectan a nuestro humor y bienestar. Los investigadores comprobaron que hay ciertos hábitos y emociones que provocan cambios químicos que aumentan o disminuyen esos neurotransmisores.
En relación con esto, la revista National Geographic seleccionó cinco acciones que tienen un respaldo científico cada vez mayor:
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Arthur Brooks explicó en una entrevista que no debemos rechazar la infelicidad, sino vivir todas las emociones que existen y gestionarlas de forma saludable.
Para gestionar las emociones de forma saludable, es importante saber reconocerlas. Una forma de hacerlo es ponerles nombre. Esto es algo que se suele aconsejar para mejorar nuestra salud mental. Nombrar las emociones nos ayuda a comprender lo que nos pasa, aceptarlo y luego, si hace falta, actuar en consecuencia. Pero también es una de las claves para regular nuestras emociones.
Un estudio de la Universidad de California publicado en Psychology Science apoya este consejo al demostrar que nombrar las emociones reduce la intensidad emocional ante lo que nos ocurre, pues disminuye la actividad de la amígdala y otras zonas del sistema límbico ante estímulos negativos.
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Además, la psiquiatra Marian Rojas aporta otra clave para ser feliz en su libro 'Cómo hacer que te pasen cosas buenas' (Ed. Planeta) donde dice que es muy importante sentirse querido y acompañado.
Esto se debe a que somos seres sociales y que necesitamos relacionarnos con otros seres humanos creando lazos saludables. Las relaciones nos aportan disfrute, satisfacción y propósito, los tres componentes esenciales de la felicidad que mencionaba Arthur Brooks.
Según el estudio sobre Desarrollo Adulto de la Universidad de Harvard, el más grande sobre felicidad que se hizo hasta el momento, demostró que la calidad de las relaciones que uno tiene es un factor clave para ser feliz. Según el estudio, las personas que tienen más conexión con sus amigos y su familia viven más, tienen mejor salud y logran más sus metas vitales.
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Además de tener múltiples beneficios para el cuerpo, el ejercicio también hace bien al cerebro, ya que produce endorfinas que nos hacen sentir más eufóricos.
Hay muchos estudios que vinculan la actividad física regular con una mejor salud mental, confirmando la famosa frase latina 'Mens sana in corpore sano'. Un estudio de gran relevancia, publicado en 'The Lancet', encontró que las personas que hacían algún deporte tenían más satisfacción en el mes anterior que las personas sedentarias.
A su vez, los deportes de equipo fueron los que se relacionaron con una mejor salud mental, seguidos por el ejercicio aeróbico y los ejercicios de gimnasio.
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Los abrazos nos hacen sentir bien, pero los beneficios también se reflejan en la bioquímica de nuestro cuerpo, que genera sensaciones de satisfacción. Esto ocurre porque, al dar o recibir un abrazo, el contacto con el otro hace que produzcamos oxitocina, una hormona vinculada con la felicidad.
Un estudio de la Universidad de Londres investigó incluso dónde es mejor poner los brazos al abrazar, la duración adecuada y la presión idónea de un abrazo.
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Otro punto fundamental es nuestro diálogo interno, que no solo impacta en cómo nos sentimos sino también en como nos comportamos en nuestra vida. Si nos hablamos con demasiada exigencia, crítica o defensa, aumentamos el ruido mental que nos impide vivir el presente y vamos creando una imagen de nosotros mismos que debilita nuestra confianza.
Además, la clave no solo está en qué nos decimos, sino también en cómo lo decimos, según un estudio de la Universidad de Michigan.
Los investigadores del estudio afirman que usar la segunda persona cuando nos hablamos a nosotros mismos hace que tendamos a decir frases menos negativas que cuando usamos la primera persona, ya que nos permite tomar más distancia de las emociones y tener una actitud más racional y optimista, como por ejemplo "vos podés superar esto''.
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