Se acerca el calorcito y con él los debates de siempre: ¿andar descalzos enferma?

¿Andar descalzos enferma o es recomendable? Foto: Unsplash.

La creencia popular de que andar descalzo puede causar enfermedades es un tema recurrente en muchas culturas y generaciones. Desde pequeños, es común escuchar advertencias de familiares que aseguran que el simple hecho de caminar sin zapatillas, tiene consecuencias en una mayor probabilidad de enfermarse.

Aunque es común escuchar que caminar descalzo puede causar enfermedades, es importante separar el mito de la realidad: el simple acto de andar sin calzado no es perjudicial para la salud. Incluso, tener los pies desnudos puede tener beneficios considerables para el bienestar físico y la postura.

Caminar descalzos. Foto: Unsplash.

Según un informe realizado por la Clínica Cleveland, el frío en los pies por sí solo no provoca enfermedades. Por el contrario, el resfrío común es causado por un virus y no por la exposición a bajas temperaturas.

Igualmente, los científicos tampoco recomiendan caminar descalzo en superficies frías durante mucho tiempo, porque podría provocar que el cuerpo pierda calor y se debilite el sistema inmunológico. De ese modo, las personas estarán más susceptible a infecciones como los resfriados.

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Los beneficios de caminar descalzo en la casa

Más allá de la comodidad que puede significar andar con los pies descubiertos en el hogar, también son múltiples los beneficios para el bienestar y la salud que implican:

• Fortalecimiento de los músculos de los pies: al caminar descalzo, los músculos y ligamentos de los pies trabajan de manera más activa, lo que contribuye a fortalecerlos. Esto puede mejorar el equilibrio y la estabilidad general del cuerpo.
  
  
• Mejora de la postura: los pies pueden adoptar una posición más natural, lo que puede ayudar a corregir la postura corporal y reducir la tensión en las articulaciones, la columna y los músculos.
  
  
• Mayor sensibilidad y conexión con el suelo: estimula los receptores nerviosos en los pies, mejorando la sensibilidad y la propiocepción, que es la capacidad del cuerpo de percibir su posición en el espacio.
  
  
• Promoción de la circulación: sin las restricciones de las zapatillas, los pies pueden moverse con mayor libertad, lo que favorece una mejor circulación sanguínea, especialmente en personas que pasan mucho tiempo sentadas o de pie.
  
  
• Relajación y alivio del estrés: se asocia con la práctica del "grounding" o "earthing", que sugiere que el contacto directo de los pies con el suelo puede ayudar a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.