El 14 de noviembre de 1909 moría el Jefe de Policía como resultado de un enfrentamiento entre las fuerzas y los anarquistas. La historia detrás de Simón Radowitzky.
Falcón se convirtió rápidamente en el enemigo del anarquismo.
Así como Argentina era admirada por las potencias, lográndose transformar en el "granero del mundo", atrayendo una enorme corriente inmigratoria a finales del siglo XIX y principios del XX. También fue escenario de una ola de violencia que parecía imparable y cuyo resultado no fue más que la muerte.
Inmigrantes españoles e italianos que llegaron al país no lo hicieron solo trayendo recetas, costumbres y modismos, con ellos llegaron las ideas anarquistas y socialistas que tuvieron un gran impacto en la sociedad porteña. Muchos de sus métodos de lucha terminaban en violencia, violencia con que la Policía respondía con más salvajismo y con una cara visible: Ramón Lorenzo Falcón.
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Nació el 30 de agosto de 1855 en Buenos Aires, fue integrante de la primera promoción del Colegio Militar, participó de la Campaña al Desierto y fue senador. Desde 1906 era el jefe de la Policía y los anarquistas se la tenían jurada hace tiempo.
El Coronel optaba por métodos violentes ante "los rebeldes".
El 1 de mayo de 1909 dio la orden de reprimir a la manifestación en Plaza Lorea que terminó con una docena de anarquistas muertos y más de 150 heridos. No fue el único episodio donde desplegó la violencia: también hubo incidentes cuando ordenó dispersar a los manifestantes que acompañaron al cortejo fúnebre al día siguiente rumbo a Chacarita.
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El 14 de noviembre de 1909 fue domingo, Falcón fue al Departamento Central de Policía y luego al entierro de su amigo Antonio Ballvé en Recoleta. La idea era ir en auto, estaba roto, así que optaron por un carruaje Milord. No fue solo, lo acompañó su secretario Juan Alberto Lartigau de solo 20 años.
Así quedó el carruaje de Falcón. Foto: El Litoral.
Pasadas las 11 y terminada la inhumación, se retiraron del lugar. El chofer del carruaje era el italiano Isidro Ferrari quien tomó Quintana y dobló por Callao sin saber lo que le esperaba. En ese momento un hombre se puso a la par y le arrojó un paquete dentro del coche, cayó entre las piernas de los pasajeros haciendo una gran explosión.
El paquete era un explosivo con clavos, tuercas y pedazos de hierro que cumplió su objetivo. El agresor escapó por Alvear, siendo perseguido por dos agentes. Se intentó esconder en una obra en construcción, pero no tuvo escapatoria y se pegó un tiro en la tetilla derecha. El agresor era un tal Simón Radowitzky.
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Por la bomba el piso del carruaje quedó destruido, Falcón y Lartigau agonizaban. El coronel pidió que atiendan a su joven secretario y que persigan al autor del hecho. Fue colocado sobre un colchón, intentando pararle las hemorragias en las piernas.
Caras y Caretas recreando el atentado.
Lartigau fue derivado al Sanatorio Castro y Falcón a la Asistencia Pública. Al primer le amputaron la pierna derecha, muriéndose a la noche y al jefe de la Policía se le amputó la pierna derecha y parte del muslo, aunque falleció a las 14:15.
Fueron velados en el Departamento Central de Policía y despedidos como mártires por las calles de Buenos Aires hasta su último morada: Recoleta. El ministro del Interior, Marco Aurelio Avellaneda, brindó un discurso en nombre del gobierno de José Figueroa Alcorta.
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El agresor anarquista sobrevivió a las heridas, pronto descubrirían que era Simón Radowitzky, un inmigrante ucraniano que llegó al país en 1908 que trabajaba como herrero y realizaba arreglos de mecánica.
Por el hecho fue condenado a muerte, los peritos aseguraban que era mayor de edad y contaba con 22 años. Pero "apareció" su fe de bautismo que demostraba que en realidad tenía 18 y al ser menor para época no se le podía aplicar la pena máxima. En criollo: zafó.
Simón Radowitzky.
En su defecto fue condenado a perpetua, fue exiliado a la famosa cárcel del fin del mundo en Ushuaia. En total pasó 21 años preso, 10 en un calabozo aislado y fue sometido a pan y agua por 20 días cuando se estaba por cumplir un nuevo aniversario de las muertes de los "mártires de la Policía".
Nada dura para siempre dicen, porque el presidente Hipólito Yrigoyen lo indultó el 14 de abril de 1930 con la condición de dejar el país. Pasó por Uruguay y luego terminó su vida en México trabajando en una fábrica de juguetes hasta su muerte a los 64 años, producto de un ataque cardíaco.
Simón saliendo de prisión.
Por años la Escuela de Cadetes de la Policía llevó el nombre de Falcón, en varias oportunidades aparecieron pintadas de "Simón vive" en el monumento que lo recuerda en Recoleta. A veces solo recordamos la parte de la historia argentina qué y cómo queremos.
Por Yasmin Ali
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